Desde el punto de vista estético los arboles forman parte del mobiliario urbano de las ciudades, y constituyen uno de los elementos que configuran la personalidad de una ciudad, sin embargo, este elemento arquitectónico vivo es mucho más.
Cuando hacemos referencia sobre todo a las ciudades donde las temperaturas medias en verano pueden alcanzar valores muy altos, en esos caso el árbol actúa como sombra improvisada del transeúnte que imperiosamente busca su cobijo.
La comodidad del paseante, agradece estas sombras, que refrescan el ambiente, buscamos sobre todo en las horas donde el sol está más alto, la sombra, la sombra…. y el cobijo de un árbol o un parque donde las temperaturas son más bajas que en el asfalto.
La ciudad pensada para el ciudadano y que parte de ella es para su disfrute y paseo y donde el denostado árbol juega un papel importante en los paseos y avenidas. Como es el caso del passeig dels Ferrocarrils Catalans de Cornellà, un espacio donde antiguamente había circulado el carrilet, y que ahora es un lugarde paseo agradable, y tampoco muy masificado. Este último domingo de mayo en que las temperaturas ya habían subido bastante al mediodía, el espació se transformó en un refugio fresco, donde se podía andar, o sentarse en un banco a charlar un rato, sin sufrir los acaloramientos del verano que se va acercando.
